viernes, 4 de enero de 2008

Añoranza


Me hacía falta pasear por tus calles empedradas una vez más, respirar en las márgenes de tus ríos, mojarme los pies aunque me los hieles. Despacio. Sintiendo tu brisa en mi nariz, la piel de gallina. Es un placer no oír nada más que el canto de tus pájaros y tus aguas. Quizá un crujir de gravilla. La pregunta inexorable de alguna anciana. Quizá venir a ti es el aliciente. Muchas mañanas me desperté cansada pero hoy, apremié al reloj para salir temprano de casa. A respirarte, a mojarme en ti.

Necesito esto allí, para que converjan el anonimato y los placeres. Los sentidos embriagados, el sobresalto a flor de piel, el escalofrío… Ahora que el invierno deshojó al otoño y la primavera reverdeció el verano, ahora que vuelvo, recorro tus rincones que hace tiempo no visito y los miro con ojos nuevos, con ojos inocentes, a veces solo te miro el alma, el pasado hizo mella en ti y aún temes tus recuerdos, temes abrirte a una nueva época, curar tus cicatrices, te refugias en una apariencia cuando sabes que tienes una riqueza maravillosa y fascinante que ofrecer.

Tus montañas, el verde y el gris de tu mirada, las miradas que despiertas. Ya no quiero llorar ni de pena ni de alegría, solo pretendo disfrutar de tus paisajes y de todas y cada una de las caricias que regalas a mis sentidos, por fin a todos ellos, y si es verdad que existe un sexto, ese también me lo acaricias.


AeCfJdKmLiPg


Verano 2007

1 comentario:

Briyi dijo...

Ali... has hecho muy bien en crear este blog, no lo abandones. Te dejo mi comentario justo aquí porque me he identificado muchos con estos sentimientos. Un abrazo. Briyi.-