lunes, 8 de noviembre de 2010

Reflexión


¿Cómo puedo ser tan irritantemente posesiva?
Padezco un Diógenes de recuerdos hirientes que fomento auto-flagelándome con recuerdos ajenos que quisiera míos. Además, no soy capaz de deshacerme de desperdicios encéfalo-coronarios vacuos.
Yazco en un lecho de decepciones y, a mi alrededor, apenas se aprecian los restos de un trastorno obsesivo-compulsivo que me encantaba ostentar.
Parece tan lejano aquel 15 de mayo del 94… Sólo necesitaba un oso de peluche vestido de aviador, ese día comencé a acumular como tesoros los restos de mis derrotas.