jueves, 30 de junio de 2011

SanJuanes, Churidas y Vianteiro



Cuenta la leyenda que, antes de que llegue la noche de San Juan, hay que colgar sobre la puerta de casa un ramo con ciertas plantas silvestres para espantar a las meigas que anden esa noche danzando entre la humana gente. Concretamente mi abuela hacía estos ramos con “SanJuanes” (Digitalis purpúrea), “Churidas” (Escobas blancas) y “Vianteiro” (Sáuco).

Esa tarde, recorrí los senderos que por la montaña descienden hasta un antiguo molino a las afueras del pueblo para buscar las plantas adecuadas. Me encantan ese tipo de paseos, sin prisas y con paisajes de cuento de hadas, con miles de florecitas con las que hacía coronas cuando era una cría, con las piedras recalentadas por el sol y los rincones umbríos y frescos bajo las copas de castaños y robles… Los pájaros, chicharras y demás insectos llenando cada rincón de silencio con un canto abrumador. Se respira la naturaleza, se oye, se huele, se palpa, se admira y hace estremecer…

Y una vez encontradas las plantas, disfrutada la tarde y protegida la casa, hay que salir a bailar entre trasgos e diaños bajo la luna… durante la noche más corta del año, para que se mezclen ruinas medievales con mares estrellados, humos, chispas y violines, que agiten hasta hacer una las almas de cuerpos tan distintos como seres acoge la madre tierra en sus entrañas.

Felicidades atrasadas Juan ;)

Noche de San Juan 2011

lunes, 6 de junio de 2011

Seres


Ya ni siquiera sé si es así como soy.
Si ya no soy como era o me hacen ser de esta manera.
Si fuera como solía ser...
Pero ya no soy.
Y aun siendo así porque realmente hubiera cambiado, me gustaría no ser, pero tampoco seguir siendo.
Me enfrento a mí misma cada día y cada día tiene razón una parte opuesta de mi ser:
El que era y el que soy.
Y así sigo sin ser, pero siendo como también era.
Porque nunca fui sólo de una manera.
Y la manera nunca fue la que debía ser... aunque fuera.