viernes, 26 de febrero de 2010

Fragor


La misión de los desamparados era seguir el camino marcado a pesar de la adversidad y sin protección alguna.
Así, desarmados y sin más defensa que su valentía, caminaron hacia la luz que los guiaba sin temor de lo que vendría.
Sólo un leve temblor en la mano derecha delataba su humanidad.
Con ímpetu y fuerza arremetieron sin a penas parpadear.
Ahora, sólo se ve una gran nube de polvo y se oyen los gritos desgarradores de la batalla.

martes, 23 de febrero de 2010

Espina


Voy a deshacerme de una espina clavada.
Una encarnada, infectante y purulenta,
una que me duele ya desde hace demasiado,
una que me empeño en hender más cada día
con la esperanza de que se me cuele dentro del cuerpo,
se pierda en mis entrañas, sucumba
y ya no sepa salir de mi.
Pero me agoté.
Ya no quiero cilicios ni piedras en el zapato,
ni más flagelo estúpido e innecesario.
Ahora he abierto los ojos.
Con toda la pena de mi alma,
que se ha muerto un poquito, te digo:
Espinita, ¡ADIOS!

jueves, 18 de febrero de 2010

Black out


No había nada que le moviese la mano esta vez, ni ira, ni frustración, ni angustia, ni anhelo... Sólo la obligación para consigo quizá, pero no era suficiente.
Tras buscar la inspiración mirando por la ventana y escuchando un par de canciones tristes se dio cuenta de que aquello tampoco funcionaba. Le dio un repaso al diccionario sin éxito alguno. Rebuscó en textos viejos, en traducciones, escudriñó en su estómago y en sus pulmones. Nada.
Estaba yerma de cosas que contar o, al menos, de cosas que compartir. No tenía cuentos, ni metáforas, ni ganas siquiera de inventar.
Llevaba ya varias semanas sufriendo la falta de inspiración. Intentar escribir algo, lo que fuese, se había convertido en un vertedero de tiempo, así que dio el último sorbo a su taza de café, que ya se había quedado frío a esas alturas y decidió irse corriendo de aquel lugar cuyo hedor le era incómodamente familiar.