
Enero 2005
La euforia y el ansia dieron paso a una tranquilidad mental y una seguridad sensorial que, tras un giro inesperado hacia ninguna parte, se tornaron impotencia y un ansia mayor que la primera sentida. Ya solo me queda que el tiempo resuelva la última y esperanzadora incógnita.
La euforia y el ansia dieron paso a una tranquilidad mental y una seguridad sensorial que, tras un giro inesperado hacia ninguna parte, se tornaron impotencia y un ansia mayor que la primera sentida. Ya solo me queda que el tiempo resuelva la última y esperanzadora incógnita.
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