Lo mejor de hacerse mayor es que realmente aprecias las cosas que te cuentan los más mayores aún.
En este caso las que te recitan y te cantan.
El señor José, aunque se hizo un poco el duro, acabó acercándose a la grabadora del móvil para que quede constancia para siempre de estas perlas que de otro modo se perderían en la memoria de otros tiempos.
La poesía que usaba para ligar:
De noche sueño siempre contigo
y cuando despierto, triste lloro,
de pena feliz de amor.
Creo morir.
Los celos de perderte son grandes.
Y el vals de la vieja hambrienta, Sete cuncas:
Unha vella, sete cuncas de papas de millo comeu.
E comeu e comeu e comeu e recuncou.
Fixo coma un foguete no aire:
¡Chispou! ¡estoupou!
Traducida sería algo así:
Una vieja, siete cuencos de papas de maíz comió.
Y comió y comió y comió y repitió.
Hizo como un cohete (fuego artificial) en el aire:
¡Chispeó! ¡Explotó!
Pues aquí quedan para la posteridad, para que os las aprendáis y las cantéis cuando queráis.
Por descontado, el post va dedicado a José y a los que compartimos con él el trabajo y los buenos momentos de esos días, pero también para todos los "Josés" que cantan cantares y coplas, para que no se vayan cuando se vayan ellos.
Traducida sería algo así:
Una vieja, siete cuencos de papas de maíz comió.
Y comió y comió y comió y repitió.
Hizo como un cohete (fuego artificial) en el aire:
¡Chispeó! ¡Explotó!
Pues aquí quedan para la posteridad, para que os las aprendáis y las cantéis cuando queráis.
Por descontado, el post va dedicado a José y a los que compartimos con él el trabajo y los buenos momentos de esos días, pero también para todos los "Josés" que cantan cantares y coplas, para que no se vayan cuando se vayan ellos.