jueves, 15 de diciembre de 2011

El cuento de los conejitos


Como todos los martes, el señor José de Cantejeira bajó a vender sus conejos a la feria de Villafranca sin ser consciente del drama que iba a ocurrir… Resulta que entre sus conejos, había uno gris con una orejita caída, que estaba enamorado de una conejita blanca preciosa y justo aquel día que iba a declararle su amor, la compró el señor Antonio y la conejita se tuvo que quedar en Villafranca.

Al regresar a casa, el conejo gris tenía tanta pena que decidió escaparse e ir en su busca. Se puso sus mejores galas: camisa blanca, pajarita, chaqué, sombrero de copa, los zapatos nuevos y un bastón, se colocó la oreja caída bien tiesa para arriba, hizo un ramo de margaritas y echó a correr montaña abajo.

Cuando llegó a Balboa se encontró con un mastín con malas pulgas que no le dejaba pasar.

— ¿Dónde vas Conejo!
—A buscar a la Conejita blanca.
—Pues por aquí no pasas si no me das algo a cambio.
—Como veo que tienes malas pulgas te voy a dar este bastón para que te puedas rascar la espalda, ¿qué te parece?
El Mastín aceptó el trato y le dejó pasar.

Al llegar a Quintela un gato pardo esmirriado con cara de querer comérselo, se plantó en medió del camino y le dijo:
— ¿Dónde vas Conejo!
—A buscar a la Conejita blanca.
—Pues por aquí no pasas si no me das algo de comer.
—No tengo nada de comer, pero puedo darte esta pajarita para que la lleves en vez de ese cascabel, así los ratones no se enterarán cuando te acerques a ellos.
Al Gato le pareció un buen trato y le dejó pasar.

Ya iba el conejo por Ambasmestas cuando un burro se cruzó en su camino.
—¿Dónde vas Conejo!
—A buscar a la Conejita blanca.
—Pues súbete, que yo voy a La Portela a arar un huerto y así me haces compañía.
El conejo le estaba tan agradecido, que le dio las margaritas, pues veía que al burro le hacían trabajar mucho y le daban de comer poco.

Cuando iba el conejo ya por Trabadelo, se encontró con una oveja que estaba llorando desconsolada.
—¿Qué te pasa Oveja?
—Que me acaban de esquilar y ahora voy a tener mucho frío.
—Tranquila Oveja yo te doy mi chaqué, que como voy corriendo a buscar a la Conejita Blanca estoy acalorado y no me hará falta.
La oveja en agradecimiento, arrancó una flor de geranio que colgaba de una ventana y se la dio para su conejita.

El conejo, muy contento, siguió corre que te corre y llegó rápido a Pereje, donde se encontró con un Gallo que le preguntó:
— ¿Dónde vas tan rápido Conejo!
—A buscar a la Conejita blanca.
—No te fíes Conejo, yo tenía a todas esas gallinas loquitas por mí y se han ido con aquel gallo que tiene la cresta tan grande.
—No te rindas señor Gallo, ponte mi sombrero que así estarás muy elegante y las volverás a conquistar.
— ¡Muchas gracias Conejo! Toma, en agradecimiento te voy a dar una pluma para que le escribas una carta de amor.

El conejo cogió la pluma y siguió su camino. Pero de repente, el cielo se puso muy negro y empezó a llover. Y el conejo corre que corre y el cielo llueve que llueve.

Cuando por fin llegó a Villafranca a casa de la Conejita blanca, estaba todo empapado. La camisa, con el agua, había encogido, los zapatos le hacían chof, el geranio se quedó sin pétalos y la orejita se le cayó.

La conejita al verlo, llevó tanta alegría que le dio un beso y los dos con la pluma, escribieron esta historia de amor.

...Así más o menos era como improvisaba mi madre los cuentos cundo me ponía muy terca y no quería comer de pequeñita y de paso me enseñaba los pueblos que hay desde Cantejeira a Villafranca. Gracias mamá, por toda la paciencia que has tenido y siempre tienes con todo y conmigo especialmente.

sábado, 8 de octubre de 2011

No lo quería


No se trataba de alcanzar un objetivo, sino de no dejar escapar ninguna opción, por si acaso, manteniendo al mismo tiempo algo seguro y bien agarrado para no perderlo todo en el intento. Y fue así, al querer tenerlo todo y no querer perder nada, como acabó por no saber qué es lo que más quería sobre todas las cosas.

09/08/2011

viernes, 23 de septiembre de 2011

No lo tuvo


No hay infierno ni delirio peor
que perder a alguien a quien nunca se tuvo,
porque no hay recuerdos que perduren,
ni historias que recordar,
ni nada que echar de menos,
salvo el anhelo mismo de quien jamás regresará,
de quien solo existió en la imaginación más oscura
de una mente infectada de soledad.
Si tan solo imaginar era su cometido,
enfermó de sí misma
y jamás encontró la paz.

08/08/2011

viernes, 16 de septiembre de 2011

Me voy


En esta fría noche última, me voy.

Crecida como la luna, me voy.

Herida de mis piedras y mis senderos, me voy.

Sedienta de ríos llenos, me voy.

Helada de tantas horas desgastadas…

Me voy de mí, me voy de aquí,

Me voy sabiendo que siempre falta algo,

Siempre queda algo por hacer,

Siempre me voy para poder volver.

02/09/2011

Sentidos

VISTA


Qué tonta fui al pensar que podría no avergonzarme y actuar como si no me afectara en absoluto. Pero es que no era capaz de mirarles a la cara. Verles día tras día. Pero ya no eran las mismas personas. Ahora veía a un par de seres extraños, como si no los hubiera llegado a conocer nunca. Como si estuviese viendo a dos desconocidos. Pero el desconcierto era tal, que me hervían los ojos de tanta conveniencia.

OÍDO


Hay muchos sonidos que se nos quedan grabados e interfieren en nuestro estado emocional, no hay más que darse cuenta como una canción nos evoca personas o situaciones, pero también pasa con sonidos más pequeños, el de un abanico al sol de agosto, el de las gotas golpeando un paraguas en plena tormenta de agosto, el chisporrotéo de la grasa en una barbacóa de agosto, las risas de los niños despreocupados de agosto, los grillos en en el río, en una noche de agosto.

GUSTO


Cuando has sido mala comedora de pequeña, tiene que llegar un día en el que abras tus papilas gustativas al mundo y empieces a no ser tan quisquillosa. El primer paso fue cuando empecé a vivir sola.

Los guisantes, esas molesta esferas verdes que tanto tiempo tardaba en apartar de los guisos de mi madre, se convirtieron en una de las tres delicias del arroz congelado.

El pescado. Pasó de ser la comida que me amargaba el día, a la que me hacía sentir una súper chef de platos al horno… o una sibarita en los restaurantes japoneses.

Y ya cuando descubrí la mezcla dulce-salado, con el jamón al horno con puré de manzana que preparaba Sonia, las opciones creativas con lo que pudiera tener en la nevera ese día se multiplicaban.

Hay muchísimos más ejemplos, pero el mérito lo tiene la capacidad que había recién adquirido de probar cosas nuevas, solo que la cosa este verano ha ido a más, no solo pruebo las cosas “normales” que antes no me gustaban (léase, no sabía si me gustaban porque no me daba la gana de probarlas), sino que me atrevo con esos otros platos de comida no aptos para… gente como yo era antes.

Mis nuevos descubrimientos de este verano han sido los Callos con garbanzos y las Crestas de gallo guisadas, que por si alguien se anima saben a pollo pero tienen la textura del morrito de cerdo, que también vaya tela…

OLFATO

Huele a piedras de río.
A cabecitas de trucha asomando en busca de algún mosquito rezagado.
Huele a pimientos asados, a pan recién hecho, a tierra mojada.
Huele a huerto, a fruta caliente y tomates maduros.
Huele a bizcocho, a hierba recién segada y a revuelo de gallinero.
Huelen las rocas recalentadas al sol y las flores y los árboles.
Huele a agosto en mi tierra.
Huele a hogar.

TACTO

Tú puedes tener una relación amistosa con cualquier persona, más larga o menos, más intensa o menos, de salir de juerga o de contarse las penas, da igual, con chicos o con chicas, que existe una barrera sensorial muy difícil de franquear y, me temo que con los años se hace más complicado aún, que es la del tacto. Nos cuesta muchísimo tocar y dejar que nos toquen, será que se nos pone la vulnerabilidad a flor de piel, nunca mejor dicho; serán los corpúsculos que llenan de sensibilidad a los aproximadamente 2 m2 de piel que nos envuelven. Será que no es fácil dejar que nos invadan.

Hasta que te das el primer masaje, que como de por sí ya es algo que a priori a todos nos gusta, pues te quitas la tontería.

lunes, 22 de agosto de 2011

La bicicleta más complicada del mundo



Necesitaba un coche, uno cualquiera… (Ya, claro)

Uno para ir a trabajar que también sirviera para viajes largos.

Grande, para llevar muchas cosas; pero no demasiado, para poder aparcarlo.

Fácil de conducir, potente, seguro, confiable, respetuoso con el medio ambiente y con la última tecnología.

Empecé a recorrer concesionarios. Distintas marcas, modelos, colores, precios… Ni nuevos, ni de segunda mano, ni leasing, ni km 0. Nada, no me convencía ninguno.

Y aquella bicicleta no hacía más que aparecer por todas partes: innecesaria, inapropiada, inviable, inconcebible, irremediablemente… quería aquella bicicleta.

19/08/2011


miércoles, 17 de agosto de 2011

Gallos


Foto: Corral Do Palleiro 13/08/2011

—Mi Capitán, sólo quedamos cuatro. ¡Ha sido una masacre terrible! No debimos dejar que se nos fuera de los picos aquella reyerta. Nos pillaron por sorpresa con sus hachas.

—Soldado, puede que no se haya enterado aun, pero aquí las cosas funcionan así, sólo puede quedar uno —respondió el de la cresta grande, rojo sangre, mirando en la lejanía a una docena de ponedoras que picoteaban entre la hierba del otro corral.


domingo, 10 de julio de 2011

El ala Oeste



En el ala oeste cruje el suelo y tiembla maravillosamente con cada paso.

En el ala oeste las contraventanas filtran la luz, lo justo para vislumbrar el tiempo mecerse en los visillos.

En el ala oeste la madera y la forja cuentan historias de armarios y cajones secretos.

En el ala oeste los espejos se ríen de los reflejos que ondula moteados desde hace una eternidad.

En el ala oeste las moscas entran por el norte, dan cuarenta y siete vueltas bajo la lámpara castellana y salen por el sur entre los geranios color salmón.

En el ala oeste, por la mañana, las vecinas espían tus sueños y se mueren de envidia mientras sacuden las alfombras.

En el ala oeste se oye el mar si cierras suficientemente los ojos.

En el ala oeste canta el despertador a la hora que le viene en gana.

En el ala oeste, donde antes solo había frio y oscuridad…

Se templan los balaustres y estallan de luz los muros centenarios.

jueves, 30 de junio de 2011

SanJuanes, Churidas y Vianteiro



Cuenta la leyenda que, antes de que llegue la noche de San Juan, hay que colgar sobre la puerta de casa un ramo con ciertas plantas silvestres para espantar a las meigas que anden esa noche danzando entre la humana gente. Concretamente mi abuela hacía estos ramos con “SanJuanes” (Digitalis purpúrea), “Churidas” (Escobas blancas) y “Vianteiro” (Sáuco).

Esa tarde, recorrí los senderos que por la montaña descienden hasta un antiguo molino a las afueras del pueblo para buscar las plantas adecuadas. Me encantan ese tipo de paseos, sin prisas y con paisajes de cuento de hadas, con miles de florecitas con las que hacía coronas cuando era una cría, con las piedras recalentadas por el sol y los rincones umbríos y frescos bajo las copas de castaños y robles… Los pájaros, chicharras y demás insectos llenando cada rincón de silencio con un canto abrumador. Se respira la naturaleza, se oye, se huele, se palpa, se admira y hace estremecer…

Y una vez encontradas las plantas, disfrutada la tarde y protegida la casa, hay que salir a bailar entre trasgos e diaños bajo la luna… durante la noche más corta del año, para que se mezclen ruinas medievales con mares estrellados, humos, chispas y violines, que agiten hasta hacer una las almas de cuerpos tan distintos como seres acoge la madre tierra en sus entrañas.

Felicidades atrasadas Juan ;)

Noche de San Juan 2011

lunes, 6 de junio de 2011

Seres


Ya ni siquiera sé si es así como soy.
Si ya no soy como era o me hacen ser de esta manera.
Si fuera como solía ser...
Pero ya no soy.
Y aun siendo así porque realmente hubiera cambiado, me gustaría no ser, pero tampoco seguir siendo.
Me enfrento a mí misma cada día y cada día tiene razón una parte opuesta de mi ser:
El que era y el que soy.
Y así sigo sin ser, pero siendo como también era.
Porque nunca fui sólo de una manera.
Y la manera nunca fue la que debía ser... aunque fuera.

viernes, 29 de abril de 2011

El Valle del Silencio, León (España)

No he podido resistirme a enseñaros este vídeo que, aunque su fin es promocionar una moto eléctrica, lo hace en un escenario precioso de mi tierra como es El Valle del Silencio. Veréis qué bonito!!

Fuente: Vimeo
"El tetracampeón del mundo de trial, Adam Raga, quiso sumarse a la celebración del Día Mundial Contra el Ruído. En pleno Valle del Silencio (León), y a lomos de una moto eléctrica, demostró que también se puede hacer trial del bueno, y en silencio.
Año 2011."


RedBull Silent Project from Verve Audiovisual on Vimeo.

jueves, 28 de abril de 2011

¿Por qué regresas descalza?



Al cruzar a través del arco de violetas las hadas lo agitaron vertiendo el polen sobre su cabello suelto que se lió en largas trenzas. A los pocos pasos la muchacha se deshizo de sus zapatos que ya le quedaban enormes y se hizo un nudo a los tirantes del vestido para que dejase de arrastra por la hierba mientras cientos de mariposas de colores le llenaron la piel de purpurina… La transformación había concluido y las hadas se la llevaron flotando hasta el mismo lugar donde un día la vieron nacer. Rodeada de prímulas, con los pies en el arroyo y los ojos cerrados escuchó una voz que le decía “Pequeña, vuelve con nosotros… ahora que aún puedes, ahora que aún permanecemos, ahora que aún recuerdas el camino, no vuelvas a dejarnos… ” Pero el sol comenzaba a descender tras la colina y se acercaba la hora de cenar así que la niña emprendió el camino de regreso mientras un cachorro le lamía la mano. Ella le susurró acariciándole la cabeza “Nunca me voy del todo, volveré a por mis zapatos”

Semana Santa 2011


Esta Semana Santa ha sido bastante distinta de las demás. Combinando a la perfección familia y ocio, durmiendo menos y trabajando más. Pero sin duda alguna lo mejor de esta Semana fueron, como siempre, los surrealismos:

Viernes antes: Un encuentro inesperado a la salida de la universidad que me alegró más por la sorpresa, que jamás lo hubiera imaginado (y mira que he imaginado cosas al respecto…) que por el hecho de haberme tirado media hora hablando con alguien que ni siquiera conozco.

Sábado antes: Otra charla de esas que nunca había mantenido. Volver a hacer el paseo de Yaco y disfrutarlo igual que aquel día y ya que volvía a ser niña, echarme a rodar curtiña abajo. Descubrirle a mi padre un rincón maravilloso del pueblo que en treinta años viviendo allí, todavía no había visto.

Domingo de Ramos: La tradición de subir y bajar cuestas empedradas en tacones se complicó con la incorporación de una pequeñuela de tres años que aguantó estoica el ramo, el sermón anual de don Tomás recordándonos que la colecta es para pagar la calefacción y que se conformó por que a ella no le daban galletas en la iglesia a cambio de unas aceitunas en el bar. El surrealismo mayor vino por la noche cuando un barman recordó que me había hecho una foto en su bar 10 años antes con alguien que ese día, casualmente, quedó mudo de cobardía.

Lunes Santo: Tras un día de trámites, escuadra y cartabón, llegó la noche y la lluvia. Nada del otro mundo si no fuera porque descubrí el mundo húmedo primaveral nocturno de “La caza del caracol” se cogían a puñados… No sé por qué dicen que sacan los cuernos al sol. Pobres ¡no saben lo que les espera!

Martes Santo: Fue agradable que tras tantos años de amistad no me hiciera falta un saca corchos para sacar ciertas conversaciones… Aunque lo mismo fueron las limonadas…

Miércoles Santo: Pasarse la Copa del Rey en el bar, rodeada de forofos, conversando por el whatsapp de barbacoas, añadió surrealismo a la victoria del Real Madrid. También fue curioso que me confundieran con mi prima por llevar el mismo peinado y las mismas compañías.

Jueves Santo: El pueblo entero estuvo sin agua hasta las 6 de la tarde debido a que un rayo de la tormenta del día anterior cayó en las bombas del depósito de agua… Pero no fue nada en comparación con que un pelotón de ciclistas gritase mi nombre y que sean unos amigos que hace años no veía… Es lo que tiene vivir en pleno Camino de Santiago supongo.

Viernes Santo: Para variar, no hubo procesión de santos, pero se armó una buena por los bares y nosotras la hicimos a deshora y a contracorriente, disfrutando los “Merosoles” sin aglomeraciones aunque tarde o temprano, acabas encontrándote hasta con JesuCristo bendito. Hasta acabé con una pulsera traída de Milán que evocaba los nuevos tiempos que están por venir.

Sábado Santo: Día de hacer maletas y rellenar tuppers. Por la tarde fuimos al Molino ya sintiendo la morriña cerca y con un cansancio grave que transformó las limonadas primero en mosto y luego ya en crema de orujo, que no se diga que no somos del Bierzo.

Domingo de Resurrección: El viaje, entre cabezadas y lágrimas, para seguir la tradición. Aunque esta vez era yo quien ofrecía el hombro y el pañuelo. Y al llegar al fin a Madrid, otra sorpresa de bienvenida… Se ve que doy más suerte que las flores del corner de Pantic y un dato interesante: Quizá Francia no sea solo el dónde, sino también el cuándo.

sábado, 2 de abril de 2011

Diez años no es nada


Cuando apenas tenía seis años, viajé por primera vez a Francia. Del viaje sólo recuerdo el asiento trasero del coche, que en casa de la tía Gloria había que bajar unos peldaños y me regalaron una flauta y un lápiz gigante con un montón de chateaux dibujados. Que el ascensor de la Tour Eiffel era un poco tétrico. Que me encantó ponerme un bikini de mayor, de la prima Toñita, anudado porque me quedaba enorme, para bañarme en la piscina climatizada de Auria y Alfredo. Recuerdo el patio ajardinado de la casa de Marie Claire y las flores secas que aún conservo, recuerdo el olor dulzón de la mermelada de ciruela mirabel de la tía Domitila… Todo lo demás no sé si realmente lo recuerdo o que de tanto ver las fotos me da esa sensación.

La segunda vez que fui a Francia fue en la excursión de fin de curso de 1º de bachillerato. Del viaje recuerdo que las cuatro horas entre parada y parada se me hacían cortas. Fue la primera vez que comí un kebab, de pollo, esos días sólo comíamos pollo porque coincidió con la paranoia de las vacas locas. Recuerdo cuando perdimos a Gus en el metro, cuando vimos a Karembeu en un descapotable delante del Louvre, que junto a la Gioconda me fotografié al lado de un tío realmente alto. Recuerdo el zumo de naranja aguado y asqueroso del hotel que era compensado por los croisants exquisitos y los ligoteos por el balcón con los madrileños que estaban en el hotel de al lado. Recuerdo un gorro playero, que puso de moda Ismael, concursante del primer Gran Hermano, que pasó por la cabeza de casi todos. Y la noche que Pili y el walkman aparecieron en lugares distintos por la mañana. Recuerdo la noche de fiesta en el Comprador, las lamentaciones filosóficosentimentales en el cuarto de baño con Dani, la anécdota de los gayumbos de Evita y Encinas, a Tania con una almohada llamada “Pequeñuelo”, que sólo Tote fue testigo de cómo rodé por las camas hasta caer al suelo… Y tras el Tribunal de la Santa Inquisición, Ciencias vs. Letras, en el cual me tocó ser cabeza de turco y tras lo cual mi vida experimentó un punto de inflexión, ya solo recuerdo mucha moqueta granate descolorida llena de pelusa y cacahuetes, ojos hinchados y las atracciones de Disneyland y Futuroscope.


“Tenemos que volver dentro de diez años”, dijimos. Es lo típico que se dice. Pero esa idea ha persistido en mi cabeza durante todo este tiempo y por eso hoy es un día un poco triste. Por razones evidentes sería bastante improbable que pudiésemos volver a juntarnos todos. Pero mantenía la ilusión de que al menos ciertas pendejas y yo pudiésemos llevarlo a cabo… Quién iba a pensar por aquel entonces que el trabajo, los estudios y la economía iban a interponerse en nuestros caminos, buena excusa, ¿eh? 2 de Abril, fin de semana, vuelos ida y vuelta más noche de hotel, más comidas/cenas y entradas, sin grandes lujos, alrededor de 400€.
El caso es que andamos repartidas por España, cada una a lo nuestro. Pero veamos el lado positivo, 10 años es un número redondo, sí, en sistema decimal, pero realmente qué más da si son 10, 13 ó 17,33… el caso es encontrar el momento idóneo e ir a disfrutarlo como si tuviésemos 17 años y un montón de sueños por delante.

lunes, 28 de marzo de 2011

Saludo


Va mucho más allá de la persona.
Es sólo un recipiente cualquiera para llenar de lo que ansío.
Lo suficientemente asequible para que sea posible encontrarlo.
Lo suficientemente desconocido para imaginarlo a mi antojo.
Lo suficientemente imposible para que no logre alejarlo de mis deseos.
Lo suficientemente abominable para seguir manteniendo los pies en el suelo.
No hubo reacción química alguna y sin embargo mi cerebro estaba a punto de explotar.

viernes, 18 de marzo de 2011

De mimosas, cucos y juegos


El olor a mimosa, empalaga y nubla mi memoria de aquellos años tranquilos de escuela y bocadillo de salchichón, de escribir la fecha en una esquina del encerado... Me devuelve el timbre de la campanilla que Doña Esther heredó de Doña Charo y nos abría las puertas de la imaginación en el monte del patio de recreo, allí construí mis primeras casas entre “tapaculos”, lavanda y las piedras que alineaba a mi antojo, cuando no las transformaba en superordenadores dibujando sobre ellas con un trocito robado de tiza.



Los narcisos floreciendo a toda velocidad en esta época me traen al recuerdo los senderos de “Tabernes” y el “Muín de abaixo”, el murmullo de los regatos que arañan en su transcurrir los prados cuestos, el verde fresco de la hierba contrastando con ese amarillo salvaje del “cuco”, que es como allí se conoce a los narcisos, los ramos de estas flores, adornados con unas ramitas de tejo que les llevaba a mis abuelas... Y todo esto a su vez, me recuerda un cuento que una de ellas me contaba sobre un lobo y una oveja. Pero eso es otra historia.


Y la luna llena de esta noche, me recuerda las tardes que empezaban a alargarse y templarse, cuando volvíamos a bajar a la calle tras el largo invierno, y jugábamos al escondite alrededor de la casa de Joselito, al futbol enfrente del taller de Gallardo, hacíamos teatros en el garage de Pedro, nos acercábamos a los colmenares en bici para echar un trago en la fuente cuando Espe no nos regalaba zumos de melocotón y le revolucionábamos las gallinas a Maruja de tanto correr para arriba y para abajo.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Coincidencias


Está demostrado empíricamente que cuando no imagino una situación, sucede, así que he decidido dejar de imaginar cada vez que vaya a salir de Mi País de las Maravillas, para que el mundo deje de decepcionarme y se limite a darme gratas sorpresas.

Se escapa el gato


“Cuando los gatos se escapan, no es porque no estén bien, es porque les falta algo, así que cuando le faltes tú, ya volverá” Dijo para tranquilizarme. No funcionó. Yo ni siquiera tenía gato…

El Espinario


Abstraída de todo lo demás sólo podía sentir el calor que llegaba hasta mis piernas. Casi medio metro de separación y aún así sentía ese calor húmedo que ascendía por la grada y me llenaba los zapatos de alas y las medias de rocío… y los ojos se me perdían por los regueros de sudor que le lamían la espalda.

Intenciones, hartura, prepotencia y claridad


Es irritante tener buena intuición para según qué temas, incluso admitiría que basta con no tener la percepción demasiado espesa para pillar según qué cosas. Así que me veo de nuevo en la misma historia mediocre de siempre, con las mismas intenciones, excusas y metodologías. No se elige entre lo que se ofrece, sino entre lo que apetece.

Nuevo Año! ;)


Bien, finalizada la época Navideña en la que suelo estar desconectada y, finalizada también la época de exámenes, vuelvo a retomar mi buena costumbre de escribir. Y por qué no, ya que para mí acaba de comenzar el año ¡FELIZ AÑO NUEVO A TODOS!