jueves, 27 de noviembre de 2008

Ilusión


Falta menos de un mes para la llegada de la Navidad. Me da la sensación de que este año no están tan pesados con el bombardeo publicitario, quizá sea porque no estoy viendo mucho la tele. También tengo la sensación de que hay menos ambiente navideño por las calles, será que ya no vivo a cinco minutos de Plaza Mayor ‒todavía no entiendo por qué a los Madrileños les da por comprarse pelucas de 20€ y pasearse con ellas en estas fechas‒ no veo lucecitas y escaparates decorados, será que en una urbanización en el culo del mundo eso no se estila. El caso es que todavía no siento ese regusto a fiesta familiar.

Diréis que soy una hipócrita, porque a falta de un mes ya estoy pensando el ello, pero es que en Mayo ya imagino las vacaciones de verano, así que no hay nada que reprochar.

Una cosa que no puede faltar en Navidad, además de los turrones, el cava, las reuniones familiares y los programas tipo “Noche de fiesta”, es la lotería. Yo ya tengo mi número. Es cierto que otros años compro más de uno ( y rifas y particiones del bar de abajo....) pero este año sólo compré un número.

Además es un número precioso, tiene un 7 y un 4 y la suma de todos es 20. Es tan bonito que seguro que me toca. ¿A que todos pensamos lo mismo? Este año igual toca. El caso es que cada año nos gastamos un montón de dinero en ilusión. El caso es que el año próximo seríamos más ricos si no fuéramos unos ilusos y ahorrásemos ese dinero “invertido”, junto con el del tabaco que prometeremos dejar en Año Nuevo, el de la revista/periódico que compramos durante la semana, el de las copas de más, el de “necesito un capricho”, el de “me voy a apuntar al gimnasio”, el de “hoy no me apetece cocinar”, el de “tengo que renovar mi armario que parece que aún vivo en los '90”... El caso, es que sentimos la necesidad de comprar ILUSIÓN.

Sí, porque ya no somos niños, ya no nos ilusiona casi nada que no esté relacionado con un valor material, un ascenso, unos zapatos, un viaje... quizá el amor sea una excepción. Pero, como la lotería, casi nunca toca, quizá una pedrea, un reintegro, una aproximación. Pero el premio gordo... ese, parece que sólo les toca a unos pocos. Y aún así, es una ilusión tan fugaz...

¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.

‒Calderón de la Barca‒

¡Pues a soñar se ha dicho! ¡Mucha suerte a todos con vuestros números de la suerte! Que aunque la ilusión a veces haya que comprarla, la esperanza nunca se pierde.

martes, 25 de noviembre de 2008

Sólo quiero caminar


Estoy harata de escribir y escribir y no poder publicar nada aquí, últimamente escribo mucho, pero por respeto, pudor o yo que sé, me autocensuro y me limito a actualizar con relatos viejos, canciones o estractos de los textos menos escabrosos. No sé, necesito un tiempo para volver a encauzarme, por ahora me limito no detener mis pasos, no tropezar con las mismas piedras y estamparme sólo contra un espejo del que tengo la certeza, dejará de reflejarme antes de que acabe el año, aunque ni siquiera sé si eso va a ser bueno o malo... Sólo quiero caminar.

jueves, 20 de noviembre de 2008

Dónde está el frío?



Miro las agujas de un reloj que no existe. Siento los segundos palpitando en mis sienes. Noto las horas resbalando por mis párpados para obligarles a cerrarse.

Estoy enfrascada en una lectura y, mientras los momentos ociosos corren raudos para desvanecerse en la noche, los de obligaciones pesan en mis hombros y me hunden los pies en el fango del pasado. Cuando no me sobresalta una canción, lo hace una fotografía.

Miro por la ventana anhelando una lluvia y un frío que no acaban de llegar y mientras espero, me abraso yo sola. Me arden la piel y los sentidos y mantengo los ojos bien abiertos, como en aquella habitación de paredes verde pálido donde una vez me tomaron por loca.

martes, 18 de noviembre de 2008

Los viejos vinilos de mamá (II)


Esta mañana me levanté caturreando un estribillo que decía, "Baby what a big surprise..." y mientras desayunaba hice memoria hasta que recordé de dónde venía esa canción: Era la cara A de un single de Chicago que tenía mi madre.

Aquí os dejo la canción:



Letra:

Right before my very eyes
I thought that you were only fakin'it
And like before my heart was takin'it

Baby what a big surprise
Right before my very eyes

Yesterday it seemed to me
My life was nothing more than wasted time
But here today youve softly changed my mind

Baby what a big surprise
Right before my very eyes

Just to be alone
Was a little more than I could take
Then you came to stay

Hold me in the morning
Love me in the afternoon
Help me find my way

Now and then just like before
I think about the love I've thrown away
But now it doesn't matter anyway

Baby, what a big surprise
Right before my very eyes


Traducción:


Justo ante mis propios ojos
pensé que sólo fingias
y lo parecía antes de que mi corazón lo pillara

Nene, que gran sorpresa
Justo ante mis propios ojos

Ayer me pareció
que mi vida no era más que tiempo perdido
Pero aquí, hoy, suavente, has cambiado mi mentalidad

Nene, que gran sorpresa
Justo ante mis propios ojos

Estar sola
era un poco más de lo que podía soportar
entonces viniste para quedarte

Sostenerme por la mañana
amarme por la tarde
ayudarme a encontrar mi camino

De vez en cuando pienso
en el amor que he tirado
pero ahora eso no importa de todos modos.

Nene, que gran sorpresa
Justo ante mis propios ojos

sábado, 15 de noviembre de 2008

Sueños húmedos


Sonaba “Son of a preacher man” cuando entré por la puerta, de esas de típico Saloon del Oeste. Me acerqué a la barra y pedí una cerveza. Entonces su voz me sorprendió por la espalda.

‒Bienvenida.

Me giré despacio, después de todo, no sabía a quién me enfrentaba. Le miré a los ojos y sonreí.

‒¿Me permites? ‒cogió mi cerveza y caminó hacia una mesa que había en la esquina‒ Me alegro de que hayas venido.

‒¿Porqué no habría de hacerlo? ‒respondí.

‒Bueno, no sabes nada de mí.

‒Y tú ¿qué sabes de mí?

‒Que esta noche necesitas a alguien como yo.

‒Todavía no estoy segura de eso...

‒Sólo dime si prefieres despertarte con la alarma de tu reloj o con las contracciones de un orgasmo.

Cuando los escorpiones se enredan en mi pelo.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Presentimiento


Es horrible.
¡Es horrible!
Angustia, miedo, rabia... Una sensación que ahoga.
Llanto que no sabe salir y se atraganta. Y duele.
Un pálpito, una certeza...
Quizá sólo sea mi cerebro podrido, quizá mañana lo vea todo rosa. Ojalá.
Esta noche no sé si querré dormirme.
Me rechinan los dientes, se me salen los ojos de las órbitas y olas de calor me invaden y ráfagas de ira me agitan... Y me hundo en un horrible temor.

martes, 11 de noviembre de 2008

Rescatando recuerdos


Para no perder la costumbre aprovecho este momento de soledad para perderme en los recuerdos. Acompañada del transistor de mi abuelo, que lleva más de cinco años con las mismas pilas gordas y la mítica cinta, recopilatorio del verano '98 por lo menos, con “El trapecio” y “Los pájaros de barro” de Manolo y esa de No Dubt que nunca me abandona.

Esperaré y si no vuelves, bajo el olivo me quedaré dormido”

Este verano no hay forma de ver el mar, con su arena hirviendo, sus olas, ese vaivén que acuna las siestas, la espuma que borda y escuece. Salitre y sol, rumor y calma. No soy de mar, pero podría vivir junto a él.Ver los atardeceres en los que una gran galleta se sumerge en una inmensa taza de café, para luego amanecer como una naranja saliendo de una enorme copa de cava.

Lo cierto es que el verano no parece tan verano sin playa, sin paseos por la arena, recoger conchitas, observar los bichejos entre las rocas y lanzar algún alga a la cara de alguien. El silencio rodeado de sonidos de playa, el tacto de una mano con arena que extiende la crema protectora por mi espalda, las sombrillas que se escapan, los cuerpos luciéndose sin complejos aparentes, el olorcito a sardinillas asadas...

Mirar la inmensidad y sentir lo pequeños e indefensos que somos en realidad.

08/08/08

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Hijab


Todo comenzó la otra tarde cuando empezó a llover. No acostumbro a llevar paraguas y casualmente pasaba por una zona sin cornisas ni portales donde refugiarme, así que me dije que tenía que llegar a casa lo antes posible. Llevaba un pañuelo grande a modo de bufanda. Lo deslié del cuello, me lo envolví a la cebeza y eché a correr. Llegué a casa empapada, pero con la sensación de no estarlo tanto, gracias a mi ingenio para crearme una capucha, ya ves. Me quité los zapatos mientras me sorbía los mocos y entonces me vi reflejada en el espejo del recibidor. Parecía una musulmana con su Hijab.

Vinieron a mi mente entonces , infinidad de ideas y opiniones: por qué lo llevan, si realmente es una elección libre, las leyes francesas prohibiendo su uso en las escuelas... No tenía un firme posicionamiento al respecto así que me puse a investigar por la red. Encontré de todo, creo que sólo me falta leer el Corán... Al final no logré llegar a una conclusión. Lo único que sé, es que hay una serie de palabras que contienen una respuesta que aún no soy capaz de descifrar.

Creo firmemente en que ningún extremo es bueno, pero también sé que si no existieran personas que luchan firmemente por “el extremo” que consideran oportuno, el mundo no evolucionaría. Pero tampoco me quiero meter en berengenales. El caso es hallar el punto medio, ese en el que todos ceden un poco y todos obtienen algo bueno.

Tolerancia, Convivencia, Sociedad, Identidad, Religión, Laicismo y Libertad

De todos estos conceptos, el que menos acabo de entender es Libertad. Todos creemos saber qué es, pero si lo analizas detenidamente, es un término tan ambiguo... Queremos vivir en libertad, ser libres, sentirnos libres, tener libertades. Nos centramos en esa palabra sin tener en cuenta las otras seis. No dudo de la inteligencia humana, pero menos aún de su estupidez.

¿Es comparable un velo a una cresta, un piercing, un tatuaje...? Las tribus urbanas no son religiones, pero no por ello son formas de vida menos válidas, quizá cuestionables, pero eso es otro asunto. También es cierto que no todas las tribus urbanas llaman tanto la atención en su estética, como los góticos por ejemplo. Un velo no parece más descabellado que una gorra, pero provoca una serie de reacciones y prejuicios.

También es cierto que, aunque no se prihiban ciertos tipos de indumentaria, no son demasiado bien aceptadas por la "sociedad", incluso son impedimento para acceder a un empleo. Pero ¡cuidado! huyamos del borreguismo... queremos diferenciarnos de los demás, tener nuestro propio estilo...(que prohiban el vaquero y la camiseta, habrá suicidios masivos y los emo se cortarán las venas de una vez por todas)

Este tipo de post no son habituales en mí, pero realmente es que me resulta imposible posicionarme al respecto del Hijab, por eso me gustaría que vosotr@s me regalaseis vuestra opinión.

Gracias. Un saludo!!

A favor:


En contra: