jueves, 16 de abril de 2009

Los 100



Una vez un HOMBRE en un faro, le dijo a otro HOMBRE que nunca apostase conmigo...
Porque un HOMBRE en una piscina le contó que siembre ganaba a los HOMBRES que jugaban.

Un HOMBRE que iba en moto, le dijo a otro HOMBRE que iba en coche que me iluminara...
Porque un HOMBRE que iba corriendo, le contó que sonreía con los HOMBRES que me daban la luna.

Un HOMBRE bajo una farola, le dijo a otro HOMBRE que estaba en la esquina, que me escuchase...
Porque el HOMBRE de los helados vio que me enfadaba con los HOMBRES que no me oían.

Un HOMBRE desde unas escaleras dijo a un HOMBRE que vio en el campo que me escribiera...
Porque un HOMBRE que pintaba, sabía que que adoraba a los HOMBRES que escribían canciones.

Un HOMBRE que llegó primero, le dijo a un HOMBRE que acababa de conocer que no se fiara de mi...
Porque un HOMBRE había enmudecido al ver que otro HOMBRE lloraba por mí.

Un HOMBRE con una vaca le dijo a un HOMBRE en la playa, que me enseñara algo nuevo...
Porque a un HOMBRE que me había hecho bailar se lo dijo un HOMBRE que me había sorprendido.

Un HOMBRE con una pecera le dijo a un HOMBRE que tenía un gato que me cuidara...
Porque un HOMBRE a caballo me acababa de librar del león que tenia un HOMBRE malo.

Hubo una vez un HOMBRE del que nací
y un HOMBRE que no conocí.

Hubo un HOMBRE del que heredé un cerebro repleto
y un HOMBRE como el que nunca habrá otro.

Hubo un HOMBRE que me empapó de agua
y un HOMBRE que me cubrió de oro.

Hubo un HOMBRE que me hizo un retrato
Y un HOMBRE que me bañó en su castillo.

Hubo un HOMBRE con el que jugué
Y un HOMBRE con el que hablé del mundo.

Hubo un HOMBRE con el que cogí cerezas
y un HOMBRE que me enseñó a jugar dominó.

Hubo un HOMBRE con un botón por ombligo,
un HOMBRE que nunca vi sin barba
y un HOMBRE que sació mi sed.

Hubo un HOMBRE que me dio sus orejas,
un HOMBRE que me dio su culo
y un HOMBRE que me dio sus pies.

Debe haber diez HOMBRES que me hablaron en francés,
una veintena de HOMBRES que estudiaron junto a mí
y al menos diez HOMBRES que me enseñaron algo realmente valioso.



La historia de mi vida se podría contar haciendo una lista de los HOMBRES que han pasado por ella. Y no me refiero a parejas sentimentales, sino a todo tipo de HOMBRES, familiares, vecinos, compañeros, profesores...
Mi ropa, mis discos, los deportes que sigo, la prensa que leo... y una lista interminable de recuerdos que guardo como oro en paño o cuelgo en mis paredes o escondo en cajas. Figuras de barro, tapones, monedas, corchos, servilletas, postales, cartas, calcetines, libros... He llenado azucareros con los cafés que compartí con todos esos HOMBRES.
Mis lágrimas más dulces y las más amargas.
Parece como si no fuera capaz de existir por mí misma, que voy encadenando HOMBRE tras HOMBRE. Obsesionándome hasta el punto de hablar como HOMBRE, pensar como HOMBRE, sentir como HOMBRE.
Me consumo con un HOMBRE y renazco de otro HOMBRE y así hasta que la palabra HOMBRE pierde su sentido.

jueves, 9 de abril de 2009

Masacre Santa


Era la guerra.
Dos flancos abiertos en dos batallas paralelas:
Por un lado se libraba la de la persuasión contra el convencimiento.
Por otro, la del descubrimiento contra lo inalcanzable.
En aquella sangrienta calle, borracha de euforia, cruzábamos una y otra vez el muro.
Nos vencieron el convencimiento y lo inalcanzable pero, las cicatrices que hoy nos recuerdan aquella guerra fueron hechas por la persuasión y el descubrimiento...

...que nos miraron a los ojos.

A mi compañera de batallas

viernes, 3 de abril de 2009

Mi musa más extraña


Cruzas delante de mis pasos y no te detienes, ni miras atrás.
No dejas que nadie como yo haga mella en tí.
No quieres ni oir hablar de mi.
Pero ayer te vi reflejado en unos ojos y
aprovechando la curvatura de aquellos espejos, vi que me mirabas.
No sabría decir si con odio, rabia, pena
O si te diste cuenta que al final de todo sí que fui algo trascendental,
No sólo un abrazo más.
Ni una caricia más.
Sino algo que se metió un poquito en la impenetrable fortaleza que tienes por corazón.

Por muchas vueltas que den mis pensamientos y mis sentimientos
y a pesar de los años, las desavenencias, la indiferencia y las tensiones,
no puedo evitar que lo menos intragable que salga de este boli se base en ti.

Eres mi musa más extraña.

A veces amarga, a veces anhelo, siempre esperanza.