lunes, 15 de octubre de 2012

Me gusta que los planes salgan bien




Planificar, coordinar, pensar en el mínimo detalle, en los “por si acaso”, usar márgenes de tiempo, coeficientes de seguridad, prever posibles desastres. Tener todos los flancos cubiertos. Buscar alternativas, crear varios “plan B” y pensar incluso en respuestas que dar ante cualquier situación que pudiera surgir. Para que todo salga perfecto. Y si no, me exaspero muchísimo.

Y entonces me veo imbuida por el desastre, el caos, los “no me puedo creer que esté pasando esto” y, cuando se empieza a despertar en mi interior el monstruito gritón que suelta los “Si es que si no hago yo las cosas no salen como es debido, no puedo dejar esto en manos de incompetentes. El universo conspira para que salgan mal las cosas que no debería estar haciendo…” Una bofetada de pensamiento feliz manda al monstruo al rincón de pensar, por ser un aguafiestas que no ve más allá.

Agradecimientos: 

A Pilar y Pili, porque sin ellas esto no hubiera sido lo mismo.

A Angelito, que venía de Melilla a la boda de su tita Ester, porque hubiera machacado sin piedad (si se lo hubiera pedido) a la señora portuguesa que se negaba a recibir mil pavos en efectivo.

A Willy, por ser el primero en ofrecerse para echar una mano.

A Vicente y Almudena por hacernos un tour por Múnich junto a la puerta de Alcalá (feliz cumple al papi de Almu).

A esos militares tan majos que nos llevaron en tanque imaginario a hacer el recorrido por el barrio de las letras; no es verdad, ángel de amor?

A las cañas bajo la lluvia y los brindis con empanadillas.

A las tazas de porcelana y los coscorrones con lámparas de los cielos que son mares.

A las cremas de orujo riojanas ¡A Tope!

A los ciclistas simpáticos, los carteles de prohibido que miran para otro lado, las pelotas de golf que se caen al agua en vez de a la cabeza; las setas, que haberlas haylas pero querían que volviésemos y se escondieron y, al conejo, que no llevaba reloj sino zapatos nuevos.

A Pablo y Albertín “Capitán”, por majos, campechanos, serviciales y por no darnos una hostia con esas manos tan grandes.

A los polares, cafés calientes, batidos de chocolate y tostadoras, por hacer que no se notaran los 7ºC

A las empanadas, las gulas y los tomates por combinar tan bien los “carreretes au fromage”

A las lágrimas que saben a mar y los dulces sueños de las marmotas.

A los “diez minutos más” 

A los gatitos :3

A Encarni y Ramón por el segundo perfecto...