viernes, 31 de agosto de 2012

Tribología




"La tribología (del griego tribos, "frotar o rozar") es la ciencia que estudia la fricción, el desgaste y la lubricación que tienen lugar durante el contacto entre superficies sólidas en movimiento. El término es usado universalmente desde finales del siglo XX.

Para entender la tribología se requieren conocimientos de física, de química y de tecnología de materiales. Las tareas del especialista en tribología (tribólogo) son las de reducir la fricción y desgaste para conservar y reducir energía, lograr movimientos más rápidos y precisos, incrementar la productividad y reducir el mantenimiento."



Pues bien, ahora que ya todos sabemos qué demonios es la tribología, os voy a contar una historia.

Cuando algo que te gusta mucho pero que también te duele mucho se repite infinita e invariablemente, pueden suceder tres cosas: primero, que deje de gustarte tanto; segundo, que te arriesgues al hartazgo de lo mediocre o, tercero y más importante, que aprendas a controlarlo y disfrutarlo en su justa medida.

En definitiva, que yo no sé si será porque se me acostumbró el pie, porque se me ablandó el zapato o porque tenía la tirita puesta en el punto justo, que he disfrutado más que nunca de mis sandalias veraniegas.

miércoles, 29 de agosto de 2012

Chaparrón de una noche de verano




Las primeras lluvias del verano no llegaron tras una tarde de bochorno en forma de tormenta que lo remueve y lo anega todo. Llegaron una noche tranquila y despejada de luna llena que en un instante se oscureció.

Se levantó una familiar y gélida brisa, los gatos arquearon sus lomos y fueron a guarecerse bajo los soportales y entonces, comenzó a llover.

Llovían gotas enormes que salpicaban al entrar en los vasos de café con hielo y formaban remolinos sepia. En a penas un minuto, la plaza se vació de gente y sólo se oía el sonido de los goterones repiquetear en las mesas de las terrazas.

Y así como vino la oscuridad, volvió a asomar la luna llena y la lluvia se fue.

Esa lluvia logró cambiarlo todo. Inundó por completo el camino de vuelta a casa de un olor a tierra húmeda que se hacía insoportable, de una humedad que se colaba en los huesos. Había bajado tanto la temperatura que la rebeca de punto se hacía insuficiente.

La lluvia le revolvió las entrañas y esa noche no durmió bien.

1/8/2012