viernes, 11 de abril de 2008

Tres asesinatos antes de cenar


Esta mañana al despertarme, aún a oscuras, abrí los ojos. Respiré hondo, me impregné de su aroma, sentí su hombro sujetándome la cabeza. Luego me di cuenta de que aún dormía y, en la oscuridad, forcé la vista intentando discernir su perfil entre las sombras y lo logré, así que una sonrisa y un suspiro vinieron a mis labios.

Me volví muy despacio para no despertarle y miré la hora, solo quedaban diez minutos para que la dichosa alarma nos empujase a cada cual hacia su nuevo día. Nos desperezamos entre arrumacos y ronroneos, qué tendrá el amor que es más poderoso que el aliento mañanero!

Y al encender la luz…

Ahí estaban ellas, mirándome con sus ojos asquerosos, tan cerca de mi cara que me paralicé unos segundos, estuvieron a punto de tocarme pero me alejé de un salto, la respiración se me aceleraba para sincronizarse con los latidos de mi corazón, que galopaba de pánico, y un grito ahogado salió de mis entrañas cuando él, con su buen hacer intentó que se marchasen amablemente.

Ni hablar! Ellas no merecen vivir, no en mi presencia! Miserables rastreras, vienen a hurtadillas por la noche para sabe Dios qué! De eso nada! Así que me armé de valor, cogí lo primero que palpó mi mano, pues mis ojos seguían clavados en los de ellas, y zas! Las asesiné allí mismo.

Era allanamiento, nadie me hallaría culpable así que me deshice de los cadáveres sin darle más vueltas al asunto. Ya no volverían a acorralarme y acosarme durante una temporada. O eso creía...

El horror volvió mientras almorzaba. Era pollo con champiñones y una ensalada de temporada. Estaba tranquilamente disfrutando cuando de repente, algo me rozó muy suavemente debajo de la oreja, “un mechón suelto” pensé, pero cuando fui a retirármelo la noté a ella, al sentirse descubierta se puso a correr, se me cortó la respiración, palidecí, pero un acto reflejo surgió de repente en mi mano y, cogiendo un arma similar a la de aquella mañana, puse fin a su huida.

Ahora sé que a puedo salir de la angustia paralizante para acabar con ellas. Volví a matar. Y volveré a hacerlo. No volverá a hacerme llorar una miserable…

...araña.




Lullaby

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