lunes, 11 de mayo de 2009

Agárrate


En definitiva, todo cambia, nada permanece...
Por eso nos aferramos a la tierra, a las montañas, a las costas...
Todas esas cosas grandes e inmutables que, aunque llegue el día en que también cambien, quizá nosotros no lo lleguemos a ver.
Ante la movilidad del mundo y el transcurrir de los sucesos, necesitamos algo a lo que asirnos, algo sobre lo que flotar cuando nos fallan las fuerzas, algo que nos estabilice.
Eso inamovible que nos quita el mareo, que nos hace pensar que somos más que hojitas atrapadas en un remolino.
Cuando todo parece derrumbarse, sacamos nuestro as en la manga, esa roca de aquel lugar sobre la que nos subimos a contemplar como todo alrededor muta... y nos sentimos un poquito más seguros, aunque solo sea un instante.
O quizá nos ponemos a perforar el suelo, horadando a la vez en lo más profundo de nuestro ser, en busca del firme para poder empezar los cimientos de nuestra propia torre de Babel.

3 comentarios:

David S. dijo...

Me gusta, yo me aferraria a mis montañas.

Reflexiones de cualquiera dijo...

A mi no me gusta...

Parece hablar de alguien que quiere escapar al cambio.
El cambio es una forma inerente en todo lo que nos rodea, incluso en uno mísmo. El cambio existe por una razon, el cambio es el que hace que todo gire y que todo sea como es... intentar frenar y aferrarse a algo es contrproducente.

No lo es saber como asimilar ese cambio, como saber comportarse... como cambiar, como tomar esos cambios, como interpretarlos y como hacerlos nuestros.

Lamas dijo...

Ale, está claro que no has entendido nada. Siempre piensas que hablo de pueblo y de raices, pero esta vez no va dee eso... Una pena que no haya sabido transmitírtelo. Habla de aferrarse a eso que te permite afrontar el cambio y te da fuerzas para seguir, de ese "tomar aire y tranquilizarse" antes de dar el siguiente paso. AGÁRRATE es ese momento de reflexión y asimilación, solo que cada uno lo encuentra de diversas formas y en lugares físicos o metafóricos distintos. El mío ya sabes que es en lo alto de una montaña, o en la orilla de un río.