jueves, 11 de septiembre de 2008

Mañana



La distancia nunca fue buen amante, quise empezar de nuevo y así mi locura cesó.

Sólo me sirven tus brazos, no encontraré nadie mejor, nada podría ser mejor.

Incluso cuando los días sean grises, sé que me cogerás la mano.

Mañana, cuando todo cicatrice, amaneceremos bajo el mismo cielo azul.