lunes, 3 de septiembre de 2012

Un cuento de bichos



Érase una vez que se era, una historia que nunca fue, pero de haber sido, aunque en parte fuera, nunca sería sino algo parecido, porque aunque pudo haber sido, no fue.

Cómo puede dar de sí la tela de araña de una lápida en un cementerio empapado de sorpresas.

Cómo las musarañas se mueren de risa con las travesuras de las vacas y las mariposas azules pintan de lunares a los perros más grandes y tranquilos del mundo.

Cómo las lechuzas detienen el tráfico para que las raposas no atropellen a mamás jabalí que llevan a sus bebés a fiestas que no existen.

Cómo las abejas posan y se posan, y las bolsas se convierten en cernícalos sobre las fuentes más dulces y amargas.

Cómo cazar una rana y regalarla… Cómo que te regalen una rana empieza como una tonta ilusión y acaba con servilletas recuperadas de la basura, con equipos de operaciones de emergencia entre cafés, con bellotas a la sombre de un castaño, vigiladas por el ciprés más alto…

Pero este cuento no se ha acabado, porque aún está la salamanquesa aprendiendo a nadar…

...y la trucha a respirar.

2 comentarios:

Angela dijo...

Espero seguir el cuento, a ver como nada la salamanquesa y como respira la trucha.

Saludos

http://conocemadrid.blogspot.com

Lamas dijo...

Probablemente haya segunda parte sí...jejeje ;)