viernes, 20 de enero de 2012

El cajón de los calcetines


En verdad el mundo es bien pequeño… Chiquitito y desesperante como un cajón de calcetines desparejados.

Qué cierto es eso de que todos estamos conectados, no solo en el sentido de la humanidad y la energía, sino conectados con miles de lazos al resto del mundo.

Basta con pensar en el amigo del novio de la amiga de una amiga…
En el tipo que conociste unas vacaciones y resulta ser amigo del amigo de un amigo, que además fue novio de una compañera…
O en la profesora que es vecina del amigo del compañero de clase de una vecina…

Si volvemos al símil de los calcetines, empiezo a creer que para encontrar la pareja de cualquiera de los calcetines sólo hay que agarrarse al primero que veas, que al final acabará saliendo enganchado el par que te faltaba.

Pero sin duda, lo que más me gusta, es pensar en la cantidad de gente con la que estamos conectados y aun no lo sabemos. Incluso puedes subirte a un autobús en Pekín y encontrarte a Los Tres Mosqueteros, que eran primos de sendos bufones de reyes que nunca llegaron a ser.

Si fuese un gato, sin duda dormiría siempre en el cajón de los calcetines, más que nada para ver el mundo… rodeada de calcetines.

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