La lágrima perdida regresó
cuando logré no pensar en nada.
Vino el llanto y la sonrisa y así me sosegué...
Pero aunque la calma me inundaba,
no cesé de llorar.
Me brotaban las lágrimas
sin mesura y sin razón...
Y así, con el agua al cuello,
no pude dejar de preguntarme:
¿Qué sucederá primero?
¿Que me seque,
que reviente
o que me ahogue?
Ya no importa, por ahora,
he dejado de llover.
3 comentarios:
Hola, Lamas, hacóa tiempo no pasaba por tu casa y hoy me he regalado media docena de tus entradas. Todas magníficas, con mucha fuerza. Te felicito. Saludos.
Hermosísimo poema :) ¡Te echaba de menos!
"Ya no importa, por ahora, he dejado de llover"
Magnífico, brutal... sin adjetivos estoy :)
Precioso poema!
Ahora en mi interior se pronostican grandes tormetas.
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